Los pagos han entrado en una nueva era definida por la flexibilidad, la escalabilidad y la interoperabilidad. Las soluciones que impulsan este nuevo período no solo permiten a las empresas aceptar pagos, sino que las capacitan para ayudarlas a prosperar en la economía digital, independientemente de su tamaño o el sector al que pertenecen.
Sin embargo, pocas empresas han aprovechado plenamente los avances en la tecnología de pagos. La mayoría utiliza soluciones ofrecidas por bancos y otros proveedores heredados, cuyas soluciones se crearon para una época con necesidades distintas y con una tecnología que no es de última generación. Por esta razón, estas soluciones permiten a las empresas aceptar pagos, pero tienen muchas limitaciones y no les permiten hacer mucho más.
Cabe preguntarse, ¿por qué las empresas siguen utilizando estas soluciones heredadas cuando existen otras alternativas superiores? Hay varias razones. A veces, la inacción es la culpable; los pagos siempre se han realizado de esta forma, así que, ¿para qué cambiar? Existe el temor de que los cambios operativos sean arriesgados o costosos, o ambas cosas, así que es mejor ir a lo seguro y quedarse con un sistema y un proveedor que ya conocen. También hay un vacío educativo. ¿Están las empresas anuentes de que están utilizando una solución heredada y que existen mejores opciones?
Lo cierto es que, en este mundo cada vez más competitivo y como líder de tu empresa, tienes que exigir más de cada herramienta con la que cuentas. Si te aferras a la antigua tecnología y eres reacio a evolucionar, no solo estás viviendo en el pasado, sino que también estás comprometiendo potencialmente el futuro de tu negocio.
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Un sistema de pagos heredado es un contratiempo para el crecimiento de tu empresa
Si no está roto y todavía funciona, no intentes arreglarlo. Ese puede ser un buen consejo en algunas ocasiones, pero no lo es cuando los pagos heredados impiden el crecimiento de tu negocio y merman sus beneficios. Aunque tu actual sistema de pagos online pueda parecer satisfactorio, lo más probable es que no esté funcionando eficientemente y tampoco ayudando a maximizar tus ingresos. Si está construido sobre cimientos antiguos y no se ha optimizado para la forma en que a los consumidores les gusta comprar hoy en día, le costará a tu empresa mucho más de lo que crees.
El coste global puede no ser evidente. Esto se debe a que los problemas en los pagos, suelen derivarse de múltiples pequeñas ineficiencias que tienen un impacto financiero acumulativo que no es fácil de detectar y cuantificar. Del mismo modo, estas ineficiencias pueden conducir a la acumulación de riesgos y podrás perder mucho dinero sin darte cuenta.
Muchas empresas descubren que tienen un problema solo cuando intentan añadir un nuevo método de pago, y además de tardar meses en integrarlo, deben pagar costosas horas de trabajo de los desarrolladores. Aunque tengas la sospecha que tienes un punto débil en los pagos y que es responsable del descenso de las ventas, y de la caída de los ingresos; hacer reparaciones y arreglos ad hoc no protegerá tu negocio a futuro. Actualizar tu plataforma de pago evitará que los fallos sigan apareciendo, porque el sistema se ha modernizado de arriba abajo.
No pierdas la oportunidad de adoptar nuevas tecnologías
Permanecer con un proveedor de pagos heredado tiene costes ocultos y tomar la decisión de cambiar a un nuevo proveedor de pago con tecnología avanzada es una inversión para el futuro de tu negocio y puede darte muchas ventajas competitivas.
Aparte del coste real de no hacer nada, también hay un coste de oportunidad si no migras a un nuevo sistema. Con el tiempo, las ganancias en eficiencia derivadas de la modernización repercutirán significativamente en tu balance, mientras que los puntos débiles de un sistema heredado tendrán un efecto agravante y seguirán erosionando los ingresos y minando tu eficiencia operativa.
Entre los problemas fundamentales están los silos de información, el procesamiento manual, la falta de interoperabilidad y escalabilidad. Los proveedores heredados pueden haber construido sistemas por separado o haberlos adquirido poco a poco, quizá mediante fusiones, lo que da lugar a una solución de mosaico que presenta retos de integración y flexibilidad.
Además de los costes operativos más elevados y el riesgo añadido de sistemas dispares y anticuados, puede haber una falta de apoyo si las cosas van mal. ¿Y qué pasa con los nuevos mercados y métodos de pago? ¿Puede el sistema heredado evolucionar con tu negocio y adaptarse rápidamente a la evolución de tu estrategia empresarial?
Los sistemas de pago modernos y sus beneficios exponenciales
Estar conectado digitalmente y comprometido con la experiencia del cliente son requisitos imprescindibles para toda empresa, y el período del COVID-19 hizo subrayar la importancia de tener una estrategia digital madura. Los pagos deben estar en el centro de esta transformación.
Utilizando un proveedor que disponga de una solución de pagos unificada, puedes conseguir las siguientes ventajas:
- Acceso a mejores datos y análisis empresariales
- Mayor seguridad y cumplimiento
- Altas tasas de autorización
- Fácil acceso a nuevos mercados
- Mejor experiencia de usuario
El acceso a datos procesables es una de las principales ventajas de un sistema de pagos moderno. En lugar de ser un centro de costes, el sistema de pagos online puede convertirse en un centro de beneficios que proporcione información valiosa sobre el comportamiento y las tendencias de los consumidores, las transacciones individuales y el rendimiento general.
Con los sistemas de pagos heredados, estos datos son a menudo inalcanzables o invisibles. Pero cuando las empresas trabajan con proveedores que ofrecen una visión granular de datos de los pagos, pueden ver fácilmente por qué las transacciones tienen éxito o fracasan, un ejemplo de ello, debido a falsas disminuciones.
Construir un negocio sobre una base digital
Los pagos digitales son la base del éxito en la economía digital. Es esencial tener un proveedor de pagos con visión de futuro y una plataforma actualizada y versátil para satisfacer las expectativas de los consumidores, y apoyar la próxima ola de innovación. El coste de no modernizarse es tanto financiero como de reputación, y quienes sigan confiando en sistemas heredados pronto descubrirán que ya no son competitivos.